Sebastian Vettel se verá obligado a salir desde la última posición en el GP de Alemania, debido a problemas con el turbo que le impidieron realizar una vuelta cronometrada en la Q1.
De una potencial primera fila roja a un verdadero desastre. No se puede describir de otra manera el sábado de Hockenheim para la Scuderia Ferrari. Las SF90 manejadas por Vettel y Charles Leclerc parecían capaces de conquistar fácilmente las dos primeras posiciones de la grilla, mostrando una velocidad que se mantuvo sin cambios de viernes a sábado.
La posibilidad de tener una buena jornada parecía dada, pero la fiabilidad destruyó los sueños de un equipo que todavía no ganó esta temporada. Vettel no pudo realizar ni una sola vuelta cronometrada en Q1 debido a un problema con el intercooler y el domingo se verá obligado a arrancar desde el fondo de la grilla, mientras que Leclerc sufrió un problema con el sistema de combustible que le impidió salir a la pista en la Q3.
Una vez fuera del monoplaza, el alemán se encontró con la prensa y explicó, sin entrar en detalles, lo que había ocurrido en los primeros minutos de la sesión. «En la calle de boxes perdí potencia y tuvimos que traer el auto de vuelta», comentó.
«Me siento bastante vacío. Es una decepción muy grande, tanto porque es el Gran Premio de casa como porque el auto lo está haciendo muy bien. Ayer ya tenía buenas sensaciones y esta mañana las cosas iban aún mejor», agregó el tetracampeón mundial.
Durante las tres sesiones de entrenamientos libres, Vettel sólo consiguió superar a Leclerc al final de la primera práctica, cuando fue el más veloz, pero el alemán no parecía preocupado por la ventaja del piloto monegasco. «No había conseguido una vuelta perfecta y pensé que tenía una gran oportunidad para la pole, pero ahora no tengo ninguna oportunidad y no puedo hacer nada más que mirar hacia el futuro», concluyó el alemán.
S.B