El festival de la velocidad del verano del WRC ofrece otro fin de semana de acción, ya que Finlandia es conocido cariñosamente por los locales como el Gran Premio de Finlandia.

El Rally de Finlandia (27 – 30 de julio) es una de las joyas del campeonato. Los caminos de tierra lisos y rápidos, junto con cientos de cambios de piso, hacen de esta prueba uno de los mayores desafíos del año. La precisión de las notas es esencial mientras los autos vuelan entre los cambios de caminos, mayoritariamente ciegos, que por lo general se ocultan tras las curvas.

La ciudad universitaria de Jyväskylä fue testigo de muchos emocionantes encuentros entre los pintorescos bosques y lagos cercanos y de nuevo recibe esta novena cita de la temporada, que comenzará con la súper especial urbana de Harju en el centro de la ciudad el jueves por la noche.

El viernes trae la llegada de la tierra en un día agotador que constará de casi 16 horas al volante y más de 145 kilómetros cronometrados. Un bucle doble de tres tramos al oeste de la ciudad incluye el famoso salto de Urria, antes de una asistencia a primera hora de la tarde que permitirá a los pilotos recuperar el aliento. La tarde tendrá cinco especiales más al norte antes de la segunda pasada por Harju con la que terminará el día.

El sábado, los aficionados podrán disfrutar de las mismas amplias rutas y grandes saltos de la región de Jämsä que se disputaron en 2016, en lo que podría ser el día decisivo de la carrera. Los clásicos Ouninpohja, Päijälä y Pihlajakoski se corren en la dirección opuesta al año pasado, el primero terminando justo después de la espectacular horquilla en los campos de Kakaristo. Saalahti sigue la misma ruta y todos son abordados dos veces.

El domingo presenta dos bucles con Lempää y Oittila, al sur de Jyväskylä. El segundo paso a través de Oittila será el Power Stage, con puntos extras para los cinco pilotos más rápidos.

Las 25 especiales sumarán 314.20 kilómetros contra el reloj de un itinerario total de 1425.96 kilómetros.

S.B