Sébastien Ogier, cuatro veces campeón del mundo de rally, disfrutó de otro gran éxito en su carrera deportiva y marcó otro logro en el mundo del automovilismo, al conseguir hacer realidad su sueño de manejar un auto de Fórmula 1.
Cuando era joven, Ogier soñaba con emular las hazañas de sus grandes ídolos de la 1, pero a lo largo de los años su carrera se desvió de los circuitos a los tramos de tierra, asfalto, nieve y hielo del WRC. Sin embargo, a pesar de los 40 triunfos en el WRC y de sus colosales 493 victorias, el francés todavía tiene su sueño de la F1, por lo que en un perfecto día de verano Red Bull Racing decidió dar al piloto de M-Sport la oportunidad de hacerlo realidad.
“De niño estaba viendo a Ayrton Senna, él era mi ídolo y, por supuesto, estaba soñando un día probar este tipo de coches. Para que un piloto de carreras se divierta, necesita ser rápido y un auto de F1 es el más rápido que puedes manejar, por lo que por supuesto, cada piloto de carreras quiere sentirlo algún día”, explicó el francés.
El día de ensueño de Ogier a los mandos de un coche de F1, fue el Red Bull Ring de Spielberg, sede del Gran Premio de Austria. ¿Y el auto a su disposición? El poderoso Red Bull Racing RB7, una máquina que logró 12 victorias en grandes premios y 27 podios en su camino hacia el título de en 2011 y que le valió a Sebastian Vettel la segunda corona de pilotos.
El ex piloto de Red Bull, Coulthard, estuvo al lado de Seb para mostrarle la máquina con motor V8 de 325 km/h, y el escocés tomó el volante de otro Red Bull F1 para mostrarle al francés todos los trucos del circuito de 4,3 kilómetros. “Un sueño se hizo realidad para mí hoy. Fue increíble, y por supuesto un gran descubrimiento, muy diferente a lo que alguna vez piloté antes. Fue muy divertido y realmente este coche es súper rápido, pero también te sientes muy cómodo”, comentó Ogier, después de completar 100 kilómetros al volante..
Ogier se encontró como en casa para experimentar un poco con la puesta a punto del auto. “Lo único que jugué con un poco fue con el control de tracción. Me di cuenta de lo nervioso que estaba el coche sin ningún control de tracción y lo suave que tienes que ser con el acelerador. Fue muy divertido”, concluyó el líder del campeonato del WRC.
S.B