A Kimi Raikkonen se le agotan los comodines. No es la primera vez que está en la cuerda floja, que encadena varias carreras flojas en las que parece no estar en pista y donde su compañero de turno lo vence en pista.
“Parecía estar muy ocupado en otras cosas durante la carrera”, afirmó visiblemente incómodo el propio presidente de Ferrari, Sergio Marchionne, que invitaba al jefe del equipo a que se siente con el finlandés para decirle las cosas claras, es decir, que hay auto para más, que hay que ser más ambicioso, quejarse menos y molestar menos al compañero si va más rápido, justo todo lo que no hizo en China. Donde tampoco, por cierto, el equipo lo favoreció demasiado en la estrategia al dejarlo demasiadas vueltas con un juego de blandas muy usado.
En dos carreras quedó a 20 y 40 segundos de Sebastian Vettel en meta y La Gazzetta dello Sport publicó hoy que Ferrari ya eligió reemplazante: Daniel Ricciardo. El piloto australiano tiene contrato hasta 2018, pero su ruptura sería menos complicada que la pasada temporada, cuando ya sonó para vestir de rojo.
Kimi, mientras tanto, asegura que mira hacia delante, que no está rindiendo por esto y por aquello, pero que aún queda mucho Mundial, aunque pocos le dan opciones de seguir en Ferrari.
Lo que podría abrir un hueco en Red Bull, donde deberían elegir entre Carlos Sainz, relevo natural y lógico por escalafón, trayectoria y rendimiento, y un Fernando Alonso que si no ve una mejora clara e inminente, es agente libre a partir del verano.
No es habitual en Red Bull no confiar en la cantera, al contrario de Ferrari, que siempre busca pilotos ya rodados y con experiencia, y juntar a Verstappen con Alonso sería un espectáculo dentro y fuera de la pista. Pero después del “no vendrá a Mercedes” de Lewis Hamilton y de que Marc Gené haya reconocido que “la época de Alonso en Ferrari terminó”, el equipo energético, que se interesó con él tras su salida de McLaren en 2007, sería el mejor posicionado.
S.B