Niki Lauda es ahora el asesor deportivo de la escudería Mercedes, para la cual lo mismo logra una reunión con Pirelli, que con el grupo de trabajo de FIA o no sale del camión de Bernie cada fin de semana de gran premio. Su influencia ha crecido de forma exponencial dentro del equipo de la estrella, dada la calidad de sus servicios en el último año y medio.
El tricampeón austriaco se ha propuesto ahora cortar de raíz cualquier disputa entre sus pilotos, tras un fin de semana muy desagradable, donde no le agradaron varios detalles de Hamilton. “Lo que no me gusta, y lo tengo que decir, es que cuando subió al podio no dijo ni hola a su compañero de equipo, cosa que Nico siempre ha hecho. Eso no es bueno”, resalta Lauda.
“No es una cuestión de educación, sino porque estás representando a una firma como Mercedes”, aclara. “Es algo que está empezando a preocuparme, pero que todavía es fácil de arreglar”, valoraba serio tras el gran premio.
Lauda tiene previsto hablar con los dos pilotos en los próximos días para obtener sus puntos de vista sobre la situación que se ha creado en Mercedes . La desconfianza se ha adueñado del inglés, tras el dudoso episodio del sábado, en donde Nico hizo un trompo en el sector Mirabeuau, hecho que cerró la calificación sin posibilidad de mejora y con pole para el alemán.
“Hablé con los pilotos antes de la carrera, pero no se terminó aquí. Entiendo todos los comentarios y sé que tengo que esperar dos o tres días, pero antes de viajar a Canadá estará todo resuelto”, asegura sobre el conflicto interno.
Con su estirpe de viejo diablo de la F1, intenta quitarle importancia al tema: “Son cosas normales en la F1. Me pasó con Prost. Yo odiaba al chico, pero al menos le decía hola por la mañana”, recuerda.