Miguel Oliveira se retiró del GP de Malasia este viernes tras resentirse de las lesiones sufridas en las manos la pasada semana en Phillip Island, y el dolor que le causa el hombro dañado en Silverstone. El portugués protagonizó una dura caída en la práctica 4 de Australia, lo que provocó la bandera negra que suspendió la actividad en pista por la inseguridad para los pilotos que causaba el fuerte viento reinante en el circuito.
Fruto de esa caída, Oliveira se lesionó ambas manos, y no pudo tomar parte en la clasificación y la carrera que se disputó el domingo. Tras llegar a Sepang, el piloto del Tech3 KTM pasó la revisión médica este jueves, y aunque todavía seguía con hematomas y una fuerte hinchazón en las manos, había sido declarado apto para salir a pista.
Oliveira giró en la FP1, pero a poco menos de 20 minutos de iniciarse la sesión, el piloto de 24 años decidió bajarse de la moto y dar por concluido el fin de semana y, posiblemente, la temporada. El lusitano, además del problema en las manos, se queja de un fuerte dolor en el hombro derecho, fruto de una lesión que arrastra desde Silverstone, cuando se cayó embestido por Johann Zarco, entonces en el equipo KTM.
A falta de confirmar el diagnostico definitivo, el luso sufre una fuerte distensión en los ligamentos del hombro, una lesión que podría obligarlo a pasar por el quirófano, ya que es similar a la que sufría Takaaki Nakagami, quien fue intervenido esta misma semana. «No sé si voy a tener que pasar por el quirófano, tenemos que aclarar esa cuestión con el equipo médico. Hay que entender cuál es la condición actual de la lesión», expicó Oliveira este viernes.
«Ahora mismo, si la cirugía es el tratamiento correcto para solucionar lo que tengo, estaríamos hablando de tres meses de recuperación, por lo que sería duda para llegar a tiempo a los test de pretemporada», agregó en referencia a las pruebas que se celebrarán en febrero próximo en este mismo circuito de Sepang.
De esta manera, el piloto de la estructura satélite de KTM evalúa los pasos a seguir. «Obviamente, tanto para el equipo como para mí, el objetivo es no comprometer el inicio de la pretemporada. Tenemos una moto muy competitiva, y queremos hacer el máximo con ella. No puedo decir nada hasta que tenga un diagnóstico, lo único que puedo hacer es esperar que no sea nada y pueda seguir manejando», reconoció.
La cirugía en el hombro siempre requiere de un largo proceso de rehabilitación, por lo que Miguel tratará de evitarla dentro de lo posible. «Es difícil decir si voy a necesitar pasar por el quirófano. Nunca tuve una lesión como esta. Me rompí huesos, pero una fractura sabes que se suelda, sabes el tiempo que te llevará recuperarte y estar listo. Pero nunca tuve una lesión en los tendones, especialmente en el hombro», indicó.
«Fue bastante extraño para mí volver a subirme a la moto tras el accidente, no pude manejar como quería en ningún momento. Eso te hace querer saber cuál es la solución correcta. Pero obviamente no queremos comprometer la pretemporada», aseguró.
La lesión en el hombro se vio agravada por la caída en Australia y la falta de fuerza en las manos. «Es difícil de decir, es una especie de efecto dominó. Si no tienes suficiente estabilidad en el hombro empiezas a compensarlo con el antebrazo, luego con la espalda. Algo no va bien y por efecto dominó falla el resto», afirmó el #88.
Lo que está claro es que si la cirugía es la solución, hay que tomar una decisión lo antes posible para tratar de llegar recuperado a los test de pretemporada de febrero. «Sí, básicamente debemos saberlo lo antes posible, ése es el objetivo. En una recuperación que puede ser tan larga, a veces dos o tres semanas pueden marcar la diferencia, y este es el caso», completó el portugués, que debutó esta temporada en MotoGP con el equipo satélite de KTM.
S.B