Cuenta el veterano periodista Joe Saward, presente siempre en las carreras y habitual de los mejores rumores en el «paddock» de la F1, que en el Gran Premio de Mónaco se extendió la sensación constante de que Sebastian Vettel puede poner punto final a su carrera deportiva al final de esta tempora.
El alemán lo dejó caer por primera vez este campeonato, aunque referido a 2020, descontento con el futuro deportivo de la categoría, y la importancia del dinero y el show por encima del deporte. A lo que hay que agregar que es su quinto año en Ferrari y que va a seguir sin ganar el título, con errores gruesos y con un chico como Charles Leclerc haciendo tambalear su estatus incluso dentro del equipo y los fans.
En realidad, el tetracampeón es la principal piedra en el camino de Fernando Alonso para regresar a Maranello. Leclerc no se va a mover, pero Vettel sí que podría, y si Fernando vuelve es aquí, a un equipo grande, donde se quedó dos veces a las puertas del título (2010 y 2012) y tiene trabajo sin terminar. Por el momento, 2020 está despejado en el calendario del español, incluso aunque hiciera el Dakar, «esperando a ver qué opciones se me abren», aseguró en Indianápolis, donde McLaren le dio más de un motivo para decirles adiós.
Fernando tampoco tiene ya allí ni a Sergio Marcchione en la presidencia, ni a Maurizio Arrivabene. Ferrari cambió su cuadro de mando y Mattia Binotto, el nuevo jefe del equipo, siempre fue un alonsista declarado. El escenario de a poco va teniendo todos los ingredientes, siempre con el condicionante de Vettel, porque entre los tifosi, el recuerdo de Alonso es soberbio.
Y al final, si fue capaz de regresar a McLaren, de donde salió realmente mal, lo de Ferrari es mucho más factible. Ya lo dijo Jean Todt en Mónaco: «Quizá a Ferrari le falte algo de sal y pimienta en su receta».
S.B