No parece que la situación en la que llega Valentino Rossi a la sexta cita del calendario de MotoGP sea la mejor posible: por un lado, sufrió una caída crítica cuando luchaba por la victoria en Le Mans y, por otro, protagonizó el susto de la semana al lastimarse con un fuerte golpe mientras entrenaba con una moto de motocross.
Tampoco fue propicio Mugello para Rossi: el destino fue cruel con él el pasado año. El motor de su Yamaha lo dejó tirado cuando luchaba por victoria durante la decimosexta vuelta del Gran Premio de Italia y lo apartó de la lucha por el triunfo, lo que significó un duro golpe en la lucha por el campeonato. Pero el piloto de Tavullia no se rinde: ya ganó 9 veces en Mugello y ahora está tercero en el campeonato, a 23 puntos de Maverick Viñales.
“El dolor en el abdomen y en el pecho es todavía severo. Afortunadamente, mi condición mejora día a día y esto hace que me sienta positivo a la hora de afrontar el Gran Premio de Italia. Mi deseo de estar en Mugello es muy fuerte y estoy trabajando para recuperarme lo antes posible. No será fácil, pero todavía quedan unos días para continuar con el tratamiento. El jueves tendré que ir al chequeo médico para recibir el OK e ir a la pista. Si todo está bien manejaré mi M1 el viernes para comprobar mi condición. Daré seguro lo mejor de mí el domingo”, manifestó Rossi.
S.B