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Fernando Alonso ya tiene ganas de subirse al McLaren. El accidente en Albert Park ya es historia, el asturiano sólo tiene en mente sacar las máximas prestaciones a un MP4-31 que en su opinión mostrará una gran cara. «El proyecto sigue siendo ganador, el que romperá el dominio de Mercedes. Eso lleva tiempo porque desafortunadamente en la Fórmula 1 no hay soluciones mágicas, pero veo que el equipo sigue un buen rumbo», afirma el piloto español en una entrevista.
Es cierto que Alonso mira de reojo a Ferrari, a los resultados de la que fue su escudería hasta 2014, pero cree que en la vida hay que tomar decisiones por muy arriesgadas que a algunos pueda parecerles. «Creo que estoy en el sitio correcto como deportista. Como aficionado, a veces no tenemos el tiempo suficiente para que un proyecto madure y dé resultados. Te vuelves impaciente, algo que es comprensible”, afirma Fernando, quien está seguro de que el trabajo conjunto entre McLaren y Honda dará sus frutos: «Creo que este es el coche que podría batir a Mercedes. A todos les gustaría ganar y ser campeones, pero ahora mismo solo Lewis (Hamilton) y Nico (Rosberg) pueden hacerlo. Están luchando por los conquistar los títulos y espero que con suerte pronto estemos nosotros en esa batalla”.
Es decir, que Alonso está convencido de encontrarse en el sitio ideal para aspirar a más títulos. «No puedo estar infeliz o frustrado por no ser tres veces campeón del mundo. Ésa es la cuestión, parece que necesito hacerlo rápido o de lo contrario tendré que retirarme sin este título, lo que son noticias tristes. No quiero verlo de esa manera», comenta el asturiano, protagonista de un escalofriante accidente con Esteban Gutiérrez en Australia que marcó la actualidad de la semana en la F-1.
Un Alonso que, respecto al futuro, es mucho más optimista que algunos: «La Fórmula 1 aún es el mayor deporte en el mundo y es lo que amamos. Pero, al mismo tiempo, es cierto que ha pasado de unos monoplazas muy rápidos y sofisticados a unos más lentos, los que tenemos ahora mismo. Alrededor de siete u ocho segundos más lentos que hace ocho años. Como piloto eso hace que la adrenalina y la excitación bajen. Tengo esperanzas de que en 2017, con las nuevas normativas, los autos de F-1 sean mucho más rápidos».

N.B