En la jornada de hoy en Quatar, se realizó la conferencia de prensa previa a la primera fecha del año del Moto GP y en la misma, estuvieron presentes los grandes protagonistas de la temporada pasada, la cual además terminó con polémica. Es decir, Jorge Lorenzo, Marc Márquez y Valentino Rossi dieron sus opiniones y hablaron claramente.
Tras la guerra del año pasado, Rossi y Márquez al menos saben comportarse civilizadamente cuando coinciden fuera de la pista. Se verá luego qué ocurre cuando vuelvan a encontrarse sobre el asfalto en un mano a mano. El español pasó discretamente por atrás del italiano y, una vez sentados, entre ambos estaba Lorenzo a modo de perfecta barrera.
Primó lo deportivo sobre lo extradeportivo en las declaraciones de todos, aunque escuchando sobre todo a Rossi queda claro que la herida sigue abierta.
“En las últimas carreras del año pasado pasaron cosas que se fueron de la normalidad y desde mi punto de vista el final del campeonato hubiera podido ser diferente. Pero lo que pasó forma parte del pasado y ahora lo importante es que estamos aquí y que espero haya una linda lucha. La rivalidad es siempre un aliciente en el deporte del motor y este año no va a pasar nada especial. Todos intentaremos dar lo máximo para estar adelante sin añadir nada más”, quiso expresar pensando en cortar por lo sano. Sin embargo, luego disparó su último dardo: «Olvidar nunca podré olvidar lo que ocurrió, ni yo ni mucha gente. Sólo espero que cada uno corra para sí mismo”.
Márquez en tanto, puso paños fríos a la cuestión. «A veces intentas superar a un rival, pero yo tengo 20 rivales y tengo que luchar contra todos ellos, y ese es mi objetivo para este año. Será una temporada interesante porque todo parece más luchado e intentaré dar pelea por el Mundial y usar la experiencia adquirida en 2015». Al preguntar los periodistas qué opinaba de lo dicho hace unos días por Rossi sobre la supuesta traición a la que alude Valentino, el ilerdense contestó: «No lo sé, pregúntenselo a él. Yo no voy a poner más cuerda al tema».
El más tranquilo dentro de la absoluta calma era Jorge Lorenzo, vigente campeón. El mallorquín sabe que su presión es defender el título, pero no parece afectarle: «Ahora soy el campeón y eso me da más tranquilidad y seguridad para empezar. El 2015 ya terminó y pese a llevar ocho años en MotoGP en términos de concentración, precisión, nivel de pilotaje y condición física estoy muy bien». La excepcional pretemporada de Lorenzo lo señala como gran favorito a revalidar el título: «En dos de los circuitos de los test, Sepang y Qatar, tuvimos una gran actuación. En general estuvimos bien y estamos un poco por delante de donde nos esperábamos. Un perfeccionista como yo nunca da el 10, pero la pretemporada fue muy bien. Tenemos que sacar provecho de esta situación y empezar bien en las primeras carreras».