Al final llega ese momento en el que termina la esperanza. Fue el 17 de julio cuando Jules Bianchi dejó de respirar en un cuerpo que ya había quedado sepultado bajo aquella maldita grua en Suzuka ocho meses antes. Lo cierto es que buscando responsables la FIA construyó una comisiòn que ofreciò en el GP de Rusia de 2014 sus conclusiones, y que casi le echaban la culpa al piloto francés por… ir demasiado rápido.
Nada se decia de que la carrera se debió parar, de la oscuridad y la lluvia. Inclusive, se hablaba de la incompatibilidad de su Marussia con determinados sistemas de seguridad.
No fue el mejor momento de su vida tampoco para la familia de Bianchi cuando la FIA hizo públicas su conclusiones. Desde allí, especialmente, su padre Philippe se dedica a intentar encontrar responsables. Sobre aquel informe de la FIA habla en una entrevista con la edición francesa de AutoHeddo: “La gente que investigó el accidente eran a los que investigaban precisamente. ¿No hay conflicto de interés? ¿Puedes ser el juez y jurado a la vez?. La investigación es una cosa, ya que da un punto de vista; pero las preguntas bien lanzadas y las respuestas correctas a dar son una cosa muy distinta”.
Y Philippe, que está poniendo en marcha una fundación con el nombre de su hijo para ayudar a los jovenes pilotos, tiene claro que se deben encontrar responsables de lo que ocurrió más allá de la fatalidad: “Si hay responsables por el accidente, deben pagar. De una forma u otra. Lo digo alto y claro. Perdí a Jules y nunca lo tendré de vuelta, así que no tengo nada a perder excepto los recuerdos y el respeto que debemos tener a su memoria”.