Otra temporada más, el futuro de Felipe Massa en Ferrari es incierto. El brasileño, que confía en poder levantar la situación en la segunda mitad de la temporada, reconoce que “los resultados decidirán” si se queda o no. La crisis de Ferrari en Hungría y los mensajes pacificadores de Montezemolo dirigidos a Alonso no han hecho olvidar que el otro piloto de la escudería no está haciendo un curso brillante, marcha 7º en el Mundial y termina su contrato con la marca a finales de este año.
“La posibilidad de quedarse está ahí, pero lo más importante son los resultados”, admite el brasileño al diario As. “Estoy contento por como estoy conduciendo en cuanto a ritmo en calificación y carrera, sólo tenemos que terminar las carreras de forma normal y ser consistentes”, asegura.
Y eso que la temporada tuvo un comienzo esperanzador para él: superó en las dos primeras clasificaciones a su compañero incluyendo una primera línea en Malasia, además de ser tercero en Montmeló. El problema para Felipe es que las comparaciones son odiosas, y con Fernando Alonso todavía más: mientras el brasileño suma ocho podios desde 2010, temporada en la que Alonso aterrizó en Ferrari, el asturiano ha subido al mismo 38 veces, 11 de ellas al puesto más alto. Hay que remontarse hasta 2008 para ver a Massa celebrando una victoria, en Interlagos.
Por si no fuera poco, desde Ferrari salen palabras de reconocimiento hacia Jules Bianchi, que esta temporada conduce un Marussia y es piloto de la academia de jóvenes de Maranello. “Se ha convertido en la referencia de su equipo, ganando confianza en la pista, pienso que es algo fundamental para la F-1”, dice Luca Baldisserri, máximo responsable de la cantera de pilotos de Ferrari. “Está claro que Jules no está en una buena situación para luchar por los puestos medios, para el futuro será importante que tenga continuidad y un equipo con potencial”, dice. No parecen méritos suficientes para subirse a una Ferrari a tiempo completo, pero el aviso está dado.