En la primera carrera de la temporada de F1 en Austria, Ferrari incorporará algunas novedades en el SF1000 respecto del auto que llevó al Gran Premio de Australia, pero no estarán todos los cambios y es previsible que sigan por detrás de Mercedes y Red Bull.

Ferrari prevé una mejora de dos o tres décimas por vuelta para el debut en el Gran Premio de Austria que abrirá la temporada 2020 de Fórmula 1 el 3 de julio, después del largo cierre del Departamento de carreras hasta el 21 de mayo por la pandemia del coronavirus.

El SF1000 había evidenciado en los test invernales de Barcelona un déficit de alrededor de medio segundo con respecto a Mercedes. La Scuderia espera haber reducido la diferencia con el W11 de Lewis Hamilton y Valtteri Bottas, pero la duda es cuánto habrán mejorado el resto de rivales.

En Maranello estiman que tienen el tercer auto más rápido, por detrás también del Red Bull RB16. El equipo de Milton Keynes jugará en casa en Spielberg y allí ganó los dos últimos años de la mano de Max Verstappen, por lo que es lógico pensar que el neerlandés puede ser el verdadero oponente de Mercedes. Además, no parece probable que veamos al completo el esperado SF1000 EVO en la carrera de apertura.

Las buenas noticias llegan con respecto al motor y la caja de cambios. Las simulaciones atestiguan que el fortalecimiento de la caja de carbono, que había mostrado algunas debilidades en las pruebas de invierno, tuvo un efecto positivo.

El aumento de peso fue compensado en gran medida por la mayor rigidez del eje trasero, lo que debería derivar en un Ferrari menos propenso al subviraje y, por lo tanto, más manejable para los pilotos y que estrese menos los neumáticos.

En cuanto a la unidad de potencia, la versión 065/2 –la inicial 065/1 no llegará a debutar– pasó las pruebas de fiabilidad, después de mostrar algunos problemas iniciales. Esta será la especificación que se homologará para 2020 y debería aportar 15 caballos más, después de la controversia generada con la versión del año pasado por las presuntas irregularidades.

En el departamento de carreras se confía en el trabajo realizado, pero son conscientes de los límites del monoplaza. No todas las innovaciones previstas para el SF1000 llegarán a tiempo para la primera carrera. Es posible que los cambios aerodinámicos se vean más adelante, porque el tiempo para producir las nuevas partes de carbono no fue suficiente desde la reapertura, teniendo en cuenta además que los estrictos protocolos de seguridad no facilitaron el trabajo de los proveedores.

La esperanza es que Ferrari sea capaz de desafiar a los Red Bull, pero no a las flechas plateadas. En Austria se compite en pleno verano en un circuito que está a 700 metros sobre el nivel del mar, por lo que habrá que ver si Mercedes resolvió los problemas de lubricación de su motor.

El W11 demostró tal superioridad que la escudería alemana se podría permitir una pequeña reducción de potencia para salvaguardar la fiabilidad sin que su supremacía se vea afectada, pero una rotura (como las registradas en los test) tendría otro resultado.

Quizás, por todo ello, Toto Wolff recuperó su discurso. «Sólo en la clasificación de Austria descubriremos el verdadero nivel, pero siempre sigo siendo pesimista. Debemos trabajar para reducir la diferencia con el motor Ferrari, y tener una unidad de potencia sólida y fiable», sostuvo el director deportivo de Mercedes.

S.B

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