La renovación de Lewis Hamilton por Mercedes, que se daba por bastante encarrilada hace unos días, parece haberse complicado en las últimas horas. Según informa el «Corriere dello Sport», el británico se habría despachado con unos pedidos exigentes por la firma de la estrella, como son un sueldo de 55 millones de euros anuales (por los 42 que percibe ahora) y cuatro años de contrato (hasta 2024), cuando en Sttutgart sólo están dispuestos a ofrecerle dos.

Posiblemente sea el intento de Hamilton de forzar al máximo uno de sus últimos contratos en F1, teniendo en cuenta que Toto Wolf afirmó esta semana que «Lewis sigue siendo nuestra prioridad». Viendo que Ferrari ya apostó por Charles Leclerc y Red Bull hizo lo propio con Max Verstappen, lo natural es que todo se resolviera con la renovación final.

Hamilton también quiere lograr ser el embajador de Mercedes a partir de 2025, si es que entonces decide dejar la F1. Todo este desembolso contrasta con las intenciones del nuevo presidente de Daimler Benz, Ola Kallenius, de ahorrarse mil millones de euros del presupuesto de la F1 en los próximos años, coincidiendo con la entrada del límite presupuestario (a 175 millones anuales por equipo) que se quiere implantar en el Gran Circo a partir de 2021.

Lewis está presionando a los suyos, sabedor de que Valtteri Bottas o George Russell, pilotos que podrían quedar al frente de la marca, no podrían ejercer su liderazgo. Mercedes todavía sigue negociando con Liberty Media su entrada en el nuevo Pacto de la Concordia, aunque ambas partes ya se expresaron como optimistas para un acuerdo en los próximos meses.

S.B

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