Las alianzas en la Fórmula 1 van generando una nueva etapa de posicionamiento en las escuadras que compiten en el mundial, con el intercambio de datos y desarrollos que potencian a los grandes equipos.
En los últimos tiempos, Red Bull se ha centrado en formar con su programa de pilotos a los futuros ases de la especialidad, tras hacerlos ingresar a la F1 con su «filial» italiana: Toro Rosso, en donde se cumplen con los primeros pasos en los Grandes Premios.
Contemporáneamente, es Ferrari la que ha generado otras alianzas con un par de equipos, como lo son Sauber y Haas. La casa de Maranello ha provisto de motores al equipo suizo desde 1997 y a partir de 2018 lo hará bajo la marca Alfa Romeo.
Esta estretegia tecnológica, ha despertado el interés de Mercedes F1 para evaluar una futura unión con otro team de la parrilla, a fin de perder terreno en las pistas y mantener su liderazgo en cada escenario del campeonato del mundo.
«Es claro que consideramos tener un equipo ‘B’, pero no es fácil. Una alianza de ese tipo puede ser peligrosa para nosotros, porque nuestra gente debe ir a trabajar a otra parte. Aunque nada está decidido todavía», expresó Wolff.