Está a punto de cumplir 35 años, pero Valentino Rossi siempre tendrá alma de niño. La muestra en alguna de sus costumbres o bromas habituales, pero también en sus ansias por aprender. Cualquier otro con su enorme palmarés tiraría de currículo para justificarse. Él no es así. Siempre se fija en todo. Y si existe una mínima posibilidad de algo que le ayude para mejorar, lo hace.
Incluso si eso supone tener que variar un estilo de pilotaje tan elegante y efectivo que le ha dado nueve títulos mundiales. Hace años, otros imitaban su manera de sacar la pierna en la entrada en curva. Ahora sabe que no es él quien marca la pauta y, por eso, no le duelen prendas en admitir que copia a quien domina en la actualidad: Marc Márquez.
El italiano ha percibido que las actuales monturas de 1.000cc y los neumáticos que aporta Bridgestone requieren una forma de conducción distinta. Dicho y hecho ya en estos test de Sepang. «He intentado modificar un poco mi estilo, así no estreso demasiado los neumáticos cuando están inclinados. Intento estar más fuera de la moto. Ahora inclino más. Un poco como Márquez, pero no igual porque mis piernas son demasiado largas para eso», certificaba añadiendo su sentido del humor.
El Doctor admite que le ha costado mucho estar en disposición de imitar al campeón español. «Ahora, con un año de experiencia con la M1, puedo trabajar estos detalles. Antes no iba al límite con la moto y me tenía que concentrar en otras cosas. Ahora me siento bien», confirmó.