En Entre Ríos se lo notó tan concentrado como en otros tiempos, cuando en la década del ´90 se medía y peleaba mano a mano en cada carrera con los mejores pilotos del Rally Argentino. Aunque en la pasada cita en el llano, Daniel Alejandro Preto debió conformarse con ser un espectador más y solo pudo ayudar y aconsejar a su hijo Luciano, quien vivió un gran estreno en la categoría al ser sexto en la general de la Clase 3 al mando del Mitsubishi Lancer Evo IX que le entregó el equipo Pro Rally.
Pero el estar cerca de un ambiente que él conoció bien, nuevamente despertó el bichito de Daniel para decidir competir en alguna cita del Rally Argentino. Y esto se producirá en la próxima competencia de Tucumán, ya que el experimentado piloto fueguino de 50 años (nació el 29/10/62) confirmó que regresará a la categoría dentro de la competitiva Clase 3. «Es un pequeño gusto que me quiero dar. Lo hago para divertirme, pero también para ponerme un poquito más al día de cómo funcionan los autos de hoy y luego darle algún consejo a Luciano. Tucumán es hermoso, aunque los tramos que vamos a correr nos los vi nunca. Espero hacer un papel decoroso. Por ahora solo voy a hacer esta carrera, aunque capaz que esté en una o dos más», adelantó Daniel, que si bien dejó de correr en la temporada 2005 en el Argentino se mantuvo en actividad compitiendo en el certamen de rally en Tierra del Fuego y acumulando éxitos en el denominado Gran Premio de la Hermandad.
La vuelta será aún más especial porque compartirá equipo con su hijo al subirse al segundo Mitsubishi Lancer Evo IX que tendrá el Pro Rally, vehículo con el cual Gerardo Klus (el director de la escuadra) finalizó tercero en la pasada edición de la Copa ACA del Rally Argentina 2013. Y adelantó que su navegante será Marcelo Brizio. «Si bien Richard Kember fue mi navegante durante gran parte de mi carrera, creo que es muy importante que acompañe a Luciano en su etapa de aprendizaje. Su gran experiencia le va a servir mucho a mi hijo. Los viejitos nos podemos arreglar solos, ja», sostuvo.
Respecto a la situación de tener que competir con su hijo, comentó: «Es algo que venimos haciendo desde hace un tiempo en nuestra provincia, así que no va a existir ningún problema. Vemos el rally como una pasión deportiva y no tenemos inconvenientes de competir entre nosotros. Creo que es algo que muy pocos padres e hijos pueden hacer».
Y, finalmente, Daniel remarcó con qué se encontró en su regreso al Argentino, pero con una visión de espectador: «Me topé con tres grandes diferencias. La primera es la cuestión técnica de los autos; los Maxi Rally son autos muy lindos y de gran nivel. La segunda es el show y la producción que hoy tiene la categoría, algo que me hace sentir orgulloso porque yo formé parte de esto. Y por último está la parte de los pilotos, quienes hoy son mucho más profesionales y atletas. Ellos no hacen lo que hacíamos nosotros, porque por ejemplo yo con el Gringo (Jorge Bescham) y el Chancho (Gabriel Raies) me quedaba tomando café hasta las dos de la mañana».
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