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Sin velocidad, Valentino Rossi se aburre. Sólo 24 horas después de dar carpetazo al primer GP de las Américas en Austin (Texas), donde firmó un sexto puesto, el italiano se puso al volante de un coche de la Nascar con motivo de un vídeo promocional de Monster Energy.
Ha sido en Charlotte, con Kyle Busch como profesor. El estadounidense, ganador de las tres últimas carreras en esa competición y uno de los principales referentes del automovilismo de los óvalos, le dio las consignas para sacar el máximo provecho al Toyota Camry con el número 18 que resulta tan familiar al aficionado norteamericano.
Rossi siguió al pie de la letra lo que Kyle le decía por radio. Tras otro encuentro en los boxes, Vale se puso el casco y empezó a rodar en el trazado al volante del V8 de 650CV. Según los datos facilitados, Rossi llegó a volar a 273 km/h. La enorme sonrisa que lucía al bajarse del coche le delataba: «¡Ha sido muy interesante tener esta sensación!. Parece un tipo de carreras completamente diferentes a las que hacemos en Europa y me esperaba algo como esto: una experiencia emocionante, alta velocidad y una gran sensación en las curvas. Tienes mucho agarre, así que vas pegado a la pista. Al principio ha sido un poco extraño, porque es difícil ir recto. Pero después de algunas vueltas me he sentido con mucha confianza».
Rossi disfrutó y su profesor, Kyle Busch, le dio buena nota: «Creo que Rossi es un tipo genial. En cuanto a la conducción, lo ha hecho muy bien. Ha empezado un poco lento, lo cual está bien, pero ha mejorado en cada vuelta y ha alcanzado velocidades muy competitivas. Sus tiempos le situarían en el top 15 en una sesión del campeonato. Eso está bastante bien para alguien en su primera salida, que además se tiene que acostumbrar a las cosas y está acostumbrado a correr sobre dos ruedas”.