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Christian Horner, jefe de equipo de Red Bull, rechazó cualquier posibilidad de sabotaje el fin de semana del Gran Premio de China, en el que Mark Webber sufrió dos problemas de gravedad tras la polémica interna que vivió la escudería el mes pasado con Sebastian Vettel.
Durante la segunda fase de la sesión de clasificación de Shanghai, Webber tuvo que detener su coche y no pudo suministrar la cantidad de combustible mínima para la muestra de la FIA. Red Bull atribuyó el problema a una bomba de gasolina defectuosa, mientras que al día siguiente el piloto australiano se vio obligado a retirarse de la carrera después de perder la rueda trasera derecha, poco después de entrar en boxes para reparar la parte delantera de su auto dañado y cambiar el juego de neumáticos.
A raíz de los rumores surgidos de que los problemas de Webber no fueran producto de la casualidad, Horner quiso aclarar cualquier duda: “Son estupideces, olvidaros de conspiraciones. Todos queremos que los dos coches lleguen a meta y en los puestos más altos posibles.”
“Cualquiera que piense que hay una conspiración contra cualquiera de nuestros pilotos no saben lo que están buscando. No existe conspiración.”
Webber se dirige al fin de semana del Gran Premio de Baréin con una penalización de tres puestos, después de haber provocado un incidente con el piloto de Toro Rosso Jean-Éric Vergne en la curva 6 durante los los minutos iniciales de la carrera del domingo.